
En China están poniendo en marcha un autobús letal, es decir, para llevar a cabo las condenas a muerte de los reclusos en las prisiones que no dispongan de las instalaciones. Así no tienen que llevar al condenado a otro lugar.
El autobús está provisto de todo lo necesario para administrar la inyección letal y cuenta con un sistema de vídeo en streaming que permite que las autoridades vean todo el proceso para asegurarse que todo es legal.
Pero claro, ya se han pronunciado los detractores del sistema y aseguran que el autobús es el sitio perfecto para extraerle los órganos a los reos furtivamente, para venderlos al mercado occidental, ya que del autobús al crematorio, nadie ve los cuerpos.
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